HANAI
Y TAWAKI
Había
una vez una mujer llamada Hanai que vivía en el cielo, y
frecuentemente observaba la Tierra. Un día vio a un hombre al que le
adoraban todas las mujeres, casi le trataban como a un dios. Bajó a
la Tierra para verlo mejor y saber como era.
Al
bajar, lo vio y se conocieron. Su nombre era Tawhaki, el hombre creía
que era una mujer normal y corriente, de la Tierra, y poco a poco
fueron conociéndose hasta que se enamoraron. Estaban tan enamorados
que decidieron casarse.
Varios
meses después, la mujer se quedó embarazada, y acordaron cuidar muy
bien al niño, pero entre los dos. Hanai propuso lavar por primera
vez al niño ella, de esa manera se iban turnando para que uno no se
cansase y el otro siguiera cuidándolo.
Cuando
nació el niño, Tawhaki no sabía como cuidarlo adecuadamente,
entonces Hanai se enfadó con él porque no cumplió su pacto, y
subió al cielo para seguir su vida nada ajetreada y continuar
observando a las personas de la Tierra tranquilamente, sin ninguna
solo preocupación, y ella sola.
Tawhaki
estaba muy deprimido por lo que ocurrió con Hanai, y no sabía qué
hacer con el niño porque él no sabía como cuidarlo y darle su
educación adecuada, además él solo era muy difícil cuidarlo,
necesitaría otra persona para eso.
Estaba
tan desconsolado, que decidió subir al cielo para pedirle mil
disculpas, pero el problema estaba en que no sabía cómo subir. Se
encontró con una bruja y plantó una parra gigante, que llegaba
hasta las nubes, y más arriba todavía.
Para
subir por la parra, le acompañó su hermano pequeño, y ya estaban
preparados para subir, con mochilas y varias cosas metidas en ellas,
por si se quedaban alguna noche subiendo hasta el cielo donde estaba
Hanai.
Al
llegar arriba, se encontraron con Hanai, le dio sus mil disculpas, y
curiosamente la mujer le perdonó amablemente. Y colorín colorado,
esta historia ha terminado.
FIN
Realizado
por: María Martínez Bedmar
Revisado
por: Daniel Gálvez Vilar 5ºA
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