Una
estupenda Navidad
Había
una vez un joven niño llamado Ángel. Tenía siete años, el pelo
rubio y los ojos azules.
Ángel
siempre estaba enfadado porque creía que trataban mejor a su hermano
menor, Víctor, que tenía cuatro años.
Las
navidades se acercaban y la familia de Ángel se preparaba para su
llegada. Ángel, entretenido, estaba haciendo con su padre el Belén,
mientras que su hermano Víctor se ponía cómodo en el sofá para
ver la televisión. Ángel pensó que si se quejaba, le regañarían
así que siguió haciendo el Belén.
El
día de Nochebuena, Papá Noel le trajo a Víctor muchos juguetes,
pero a Ángel nada más que ropa. El pobre ángel se enfadó al ver
que su acomodado hermano no le dejaba jugar con sus juguetes.
Víctor
estaba alegre jugando, pero cuanto más alegre más triste se ponía
Ángel. Éste se tiró toda la Navidad jugando con Miguel, con su
peluche, pero los momentos que compartía con el peluche eran
llorando.
El
día de Nochevieja, cuando sonaron las doce campanadas, Ángel se
comió sus uvas aunque no lo gustaban. Sin embargo, su hermano no se
las tomó porque no quiso. Mientras Ángel hacía el esfuerzo de
comerse las uvas, su hermano jugaba con su trenecito y pasaba con él
por delante de Ángel. Éste creyó que se estaba chuleando.
El
día de Reyes a Ángel le trajeron divertidos juguetes, como el Kat
2000 y un patín de tres ruedas. A Víctor le regalaron ropa y un
peluche. Víctor se entristeció mucho, pero cuando Ángel lo vio y
pensó que se lo tenía merecido, lo pensó otra vez y se
arrepintió. Entonces le dijo a Víctor:
<<¿Quieres
jugar conmigo?>>
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