Venus
- Generalmente se le representa como una estatua blanca.
- Hay cuadros en los que se ve: tiene el pelo pelirrojo, largo y rizado, los ojos marrones, un cuerpo esbelto (ya que se ve sin ropa) y la piel blanca.
- Su marido fue Vulcano (el dios romano del fuego y los metales).
- Normalmente se compara con Afrodita (diosa griega).
La
escapada
de Venus
Hace
mucho tiempo, en la Isla Olympus cerca del Olimpo, era un frío
invierno y estaba la diosa Venus encarcelada por su anterior delito.
Esta diosa era muy querida y por muchísimos hombres y dioses, y el
delito que cometió fue gracias a esa gran virtud que pocas mujeres
tienen. El delito que cometió fue:
Un
día normal como todos, le seguían cientos y cientos de hombres a
Venus, pero estaba ya tan harta de que le propusieran matrimonio (a
pesar de que ya estaba casada) que decidió matar a un hombre que le
seguía muchísimo más que los otros.
Como
estaba en la cárcel pensó: «pero, yo no puedo estar aquí, ¡soy
la mejor diosa romana de todas, y no puedo estar entre rejas con
estas asquerosas y peludas delincuentes! ¡¡Me van a pegar la
delincuencia!! Bueno, yo he cometido un delito, en fin... Al grano,
tengo que idear un buen plan para escapar».
La
verdad es que Venus si que estaba metida de lleno en un gran
problema, pues su marido (Vulcano, dios del fuego y metales) no sabía
nada de esto y pensaba que estaba de vacaciones 2 años (los años
que tenía que estar en la cárcel). Ella estaba tratando de que no
se enterase, pero tarde o temprano su marido lo descubriría.
Tenía
que pensar en un plan, pero no se le ocurría nada. A su alrededor
solo había delincuentes, 90 libros de historia de 700 páginas cada
uno, una estantería de hierro y un papel que simulaba un cuadro en
el que ponía “La gran escapa de Gregorio sobre 4 metros de hielo”
con una ilustración. Venus pensó que podría ser la portada de
algún libro. Luego, dijo:
-
¡Oh, qué bien! Que suerte he tenido al encontrar el libro del
“cuadro”. Quizás me sirva de algo.
Leyó
el libro, mejor dicho, lo miró por “encimilla” y al poco se le
encendió la bombilla, bueno, la vela de las ideas. Dijo, en tono de
Sherlock Holmes:
-
El mar helado, la ventanilla abierta que se menciona en el libro y
que en la realidad también está abierta, la escapada... ¡Claro!
Tengo que hacer lo mismo que Gregorio, el protagonista del libro,
escaparme por la ventanilla y volver a mi casa, ¡sí, sí! Que lista
soy, muahaha. Que perversa soy.
Después
de oírlo, las delincuentes dijeron:
-
Ey, tía, ¿podemos hacerlo nosotras también? Bueno, llevamos aquí
varios años cansadas de la asquerosa comida que ponen y.., ¿podemos?
Venus
respondió:
-
No no no, esto es solo para la cabecita iluminada, que es la mía. Si
vosotras no habéis participado en la idea, no podéis venir. Ja ja
-dijo en tono de burla-.
Se
preparó para irse, con comida, agua y otras necesidades, y partió
desde la isla Olympus. Se dirigió hacia el Olimpo, donde vivía, y
aunque el viaje fue un poco largo, se divirtió haciendo aventuras.
Los guardias de la cárcel ni se enteraron, pues están “empanaos”
a la hora de vigilar la cárcel.
Al
final llegó Venus sana y salva, congelada pero feliz, al Olimpo,
pero Vulcano se extrañó al ver que sólo había tenido 3 meses de
vacaciones, y Venus le explicó:
-
Ya bueno pues.., resulta que se han cancelado las vacaciones y vuelvo
a casa aquí contigo, sí, ya.., ¿no te.., a-alegraas? P-pues yyo
si...
Vulcano
respondió:
-
Bueno, en ese caso pues sí me alegro, y mucho. ¡Que bien, ya
vuelves a casa, bien!
Venus,
al ver que Vulcano se alegró, pensó «bueno, al menos él no sabe
que era mentira, menos mal que ya se ha terminado todo...». Y
colorín colorado, esta historia ha acabado.
Fin
Realizado
por:
María
Martínez Bedmar
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