EL
CIEGO LISTO
Un
ciego estaba acostumbrado a beber vino a la hora de comer. Una chica,
no podía estar sin beber vino tampoco y siempre cogía el vaso del
ciego. Como él se dió cuenta, agarró el asa del jarro para que
nadie se lo quitara. La chica, tan lista, cogió una pajita grande y
larga y empezó a chupar desde el vaso.
El
ciego, al notar que había menos vino, se puso el jarro de vino entre
las piernas para que nadie se la quitara.
La
chica, otra vez tan lista, hizo un agujero en el vaso y lo tapó con
cera. Hizo como que tenía “frío” y se puso entre las piernas
del ciego al lado de la chimenea para que al derretirse la cera,
cayese vino en su boca y poder beber. Como e ciego, al día
siguiente, se dio cuenta, empujó la jarra un poco para alante y cayó
toda la jarra en la cara de la chica. Perdió el sentido y lo los
dientes se le quebraron. Así se quedo.
Realizado
por: Marina Navarro Torres.
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