Ya
desde la antigüedad, a los humanos nos ha gustado tomar alcohol,
sobre todo en las fiestas porque causa efectos eufóricos.
La
resaca es sentirse mal a la mañana siguiente de haber bebido en
exceso y causo molestias como estas: dolor
de cabeza, fatiga, sed, ardor de estómago, malestar general, visión
borrosa, temblores, diarrea, mareos, náuseas y vomito. Claro está
que depende de la persona si los efectos son mayores o menores.
El
alcohol actúa como depresor general del sistema nervioso y al
funcionar como algunos anestésicos, el estado que sentimos de
relajación y de bienestar proviene de la desinhibición.
Primero
desinhibe el habla, el pensamiento y el juicio. Después, si sigues
tomando alcohol se deprimen las partes inferiores, como los reflejos
y la respiración. Si te pasas más todavía ya puedes entrar en una
situación de coma.
Si
te emborrachas estando en periodo de embarazo puedes causar grandes
daños al feto como: deformidades, retraso mental o problema de
crecimiento.
Sus
efectos en las partes del cuerpo son:
- Piel: Hace que sudes más
- Hígado: Hace que te arda.
- Riñón: Tienes que orinar mucho para expulsar todo el líquido que has ingerido.
- Cerebro: Disminuye la memoria, la concentración y el autocontrol.
- Corazón: aumenta su actividad levemente y se acelera el pulso.
- Pulmones: Acelera la respiración y si hay mucho alcohol, la detiene.
- Estómago: Cuando tomas poco alcohol mejora la digestión, pero cuando lo tomas en exceso, produce gastritis.
El
alcohol se elimina a través de aliento, saliva, heces, orina, sudor
pero sobre todo a través del hígado.
FIN
Realizado
por: Baldo Sagarra Lenguasco
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