“Secreto
entre amigas”
Erase
una vez, un niña llamada Anabella vivía en un pueblo llamado
Burguitos en la calle Pegaso. Era rubia de ojos azules con el pelo
liso, con mechas (que no se había hecho ella, sino que eran de
nacimiento, un poco raro pero cierto) y ya un poco desarrollada.
Tenía doce años. Todos los niños de su clase excepto uno llamado
Esteban, le perseguían pero a esta no le gustaba. Sus amigas en
secreto, sin contárselo a nadie, se frustraban y querían ser ellas
el centro de atención de los niños como Anabella pero su cuerpo no
iba tan adelantado como el suyo (creo que se sabe de que están
hablando).
Tenía
muchas amigas y amigos, los mejores, de entre ellos eran: Victoria
(Vicky), Marina (Tata), Lucía (Lulu) y, como he dicho antes, Esteban
(Esty).
Le
encantaba los animales y como por la televisión informaban
desapariciones y atropellos, los fines de semana, salía a salvarlos
y algunas veces conseguía su objetivo. Lo malo es que no con
todos... Bueno que un día salvó a un gato porque casi le atropellan
y este se convirtió en un Chaman
(persona que hace rituales con los dioses y se comunica con ellos) y
le hizo un hechizo en el que Anabella podía hablar con los animales.
Había un problema, que, si se lo contaba a alguien el Chaman
le convertiría en un animal para toda su vida, claro, que, no le
dijo en qué animal. Ella le quería explicar al Chaman
que quería hablar con los animales no como hechizo sino como
habilidad antes de que se fuera pero cuando se dio la vuelta, se
encontró que estaba en la calle sola, es decir que ya no estaba.
Le
fastidió mucho, pero volvió a su casa y sus padres no estaban. Su
madre se llamaba Marisa y su padre Tomás. Tenía un hermano de
quince años llamado Javier que estaba por ahí con sus amigos,
amiguitas y su más que amiga. Cogió su teléfono Samsung Galaxy
mini y llamó a su madre:
-
Mamá, ¿dónde estás?
-
Hay, es verdad, no te los dije. Estoy en el Mercadona y ahora vuelvo
a casa, me visto elegante y me voy al cumpleaños de una chica de mi
trabajo. Cumple cuarenta y cinco años y es a las cuatro. Comerás
sola con tu hermano.
-No
está conmigo, pero seguro que está con sus amigos y su novia por
ahí, en el parque de la iglesia haciendo parkou y rompiendo
columpios.
-Vaya
niño más revoltoso, le dije que no se fuera pero él no hace caso.
Tras
tres segundos sin hablar Anabella dijo:
-
Vale, pero ¿y papá?
-
Creo que ha ido al zapatero a arreglarse unos zapatos para una cena
que tiene de compromiso.
-
Bueno, si Javi está con sus amigos yo también puedo estar con las
mías ¿no?
-
Cielo, es que no quiero que estés fuera de casa estándolo yo.
-
Vale mamá, pero solo te digo que no me parece injusto. Y Any (como
la llaman sus amigas) colgó de golpe.
Llegó
su madre corriendo, se vistió muy guapa y antes de irse le mandó a
Any colocar la compra. Lo hizo muy rápido. Eran las tres menos
cuarto de la tarde y Any tenía hambre, cogió su comida que estaba
en un taped y la calentó. Comió viendo la tele y terminó a las
tres y cuarto. Su madre le dijo que no podía salir de casa con
amigas pero no mencionó nada de que no pudiesen venir ellas, así
que llamó a Tata (Marina) y a Lulu (Lucía) para que viniesen a casa
a las cuatro y media, cinco y quedarse para hablar de novedades. No
llamó a Vicky porque estaba en su pueblo y para no darle rabia.
Llegaron Tata y Lulu a la vez. Se contaron secretos del insti y
cuando le tocaba a Any se le escapó lo de hablar con animales, lo
del Chaman y todo eso. No se lo creían pero cuando vino este y
convirtió a Any en gallina ya se lo creyeron, y mucho. Casualmente
llegó su hermano de estar con los amigos y Any convertida en gallina
se escondió debajo del sofá. Javi entró en el salón y se llevó
un buen susto por ver a Tata y a Lulu. -Hola Javi. Dijo Lulu
-
Emm... Hola.
De
repente entró Tomás a casa y gritó:
-
Jovencito estás castigado.
Ellas
dijeron al mismo tiempo:
-
Hola Tomás, estamos esperando a Any a que salga del baño para
decirle adiós porque nosotras ya nos íbamos y...
-
Os podéis quedar porque se acaba de ir mi mujer y en cinco minutos
no os ha dado tiempo a salir pero el que está castigado es Javi que
no ovedece. Sabes, querido, te quedas un mes sin salir de casa, ni
hablar por teléfono. Solo puedes hablar por redes sociales.
-
Pero papá eso es injusto...
-
A tu cuarto.
Javi
se fue a su dormitorio y Tomás a trabajar a su mini oficina.
Sacaron
a Any y le preguntaron flojo cómo podía volverse normal pero
hablaba en gallina y no sabían ese idioma. Se encontraron un mando y
pulsaron el único botón rojo que tenía. Este desbloqueaba una
puerta en la que había una mini llave pero no el candado. Avisaron a
Tomás de que se iban al parque. Fueron pero intentaban que nadie les
viese. En una piedra de este había una ranura y probaron a meter la
llave, entonces toda la tierra empezó a brillar con un toque
azulado, un gato que había cerca se convirtió en un compañero que
antes Any quería del colegio, Any se convirtió en humana pero con
el pelo marrón... No se lo creían pero era cierto. Escondieron y
enteraron la llave en el jardín de Tata y decidieron no contárselo
a nadie, bueno, solo a Vicky pero a nadie, nadie, nadie más.
FIN
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