miércoles, 9 de enero de 2013

EL REENCUENTRO


Erase una vez en el año 2002, un hombre llamado Antonio que se fue durante tres años a Berlín, una ciudad de Alemania, para poder trabajar.
Él trabaja en lo que mas le gustaba, era lo que había soñado toda su vida. Su profesión era de cocinero. El viaje fue muy largo, pues tardo dos días y medio en llegar, aunque se lo pasó muy bien observando el paisaje.
En el tren conoció a Jaime, el hombre que iba ser su compañero de viaje.
Se fue allí en busca de nuevos horizontes. Para él, al principio fue muy triste y duro tener que separase de sus seres queridos. Pero después se fue acostumbrando a tener que estar solo y a no tener ese beso de buenas noches y de buenos días.
Cada semana escribía a su familia contándoles lo que hacía y también les decía cuanto les añoraba y quería.

Un día, mientras se vestía para ir a trabajar, se acordó de lo que quería a sus hijos y a su mujer y decidió que cuando tuviese el dinero necesario, iba a ir a verles y estar con ellos el tiempo perdido.
Allí, en Berlín, estuvo trabajando como loco durante siete meses para conseguir el dinero.
Cuando lo obtuvo, fue corriendo a recoger sus pertenencias y a hacer su maleta para poder ir a comprar el billete de avión, pero todos estaban completos hasta dentro de dos días.
En cuanto pasaron los dos días, Antonio fue al aeropuerto y allí cogió el avión. Esta vez no se aburrió porque sabía que se iba a reencontrar con su querida familia.
Cuando llegó al aeropuerto no encontraba su maleta porque se le había olvidado ponerle el nombre, pero cuando fue a objetos perdidos la encontró.
Al final, estuvo con su familia y nunca se volvió a ir a otro país porque sabía que no lo iba a poder soportar.
Pasaron la Navidad, todos los años juntos y en familia, eso sí, muy felices y contentos de la llegada de otro miembro a la familia.
El bebé se iba a llamar... ¡¡¡Sandra!!!

FIN.

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