jueves, 10 de enero de 2013

LUCÍA Y LA ESTRELLA DE NAVIDAD


Erase una vez, en 2012, había una familia que vivía en España, y siempre tenía, por la época de navidad, una tradición : la más pequeña de la casa, en este caso Lucía, tenía que colocar la estrella de navidad en lo alto del árbol, pero siempre lo hacían el 25 de diciembre, cuando comienza el gran día, la Navidad
Lucía, tenía 6 años, por lo cuál, era la mas pequeña de su casa por que su hermano Juan, tenía 11 años.

El 25 de diciembre, todos se levantaron muy temprano, por los nervios de los regalos de “Papá Noel”. Cuando Javier y Laura, sus padres, se fueron a coger la estrella de navidad, para colocarla en lo alto del árbol, miraron en la caja y... ¡la estrella de navidad había desaparecido! No querían contárselo a Lucía, por que seguro que se iría a poner muy triste. Javier y Laura estaban muy preocupados por sus hijos, ¡no sabían lo que hacer! Por las buenas o por las malas tenían que contárselo a sus hijos, pero lo hizo Javier, el padre.

Javier le dijo a Lucía:
  • Lucía, tenemos un problema. Hemos ido a la caja donde estaba la estrella pero no estaba. Lo siento.
Lucía respondió triste:
  • ¡Como que no está! A lo mejor te has equivocado de caja, ¡pero tiene que estar! Si no colocamos la estrella hoy nuestra tradición navideña se romperá.
Javier, tuvo una idea y le respondió:
  • Espera Lucía, tengo una idea: el día tiene 24 horas ¿no? Por la mañana, dentro de unas horas, iremos a las tiendas a comprar una estrella y ya está todo solucionado. Pero tienes que venir con migo, ¡tu vas a elegir la estrella! ¿Contenta?

Lucía, le apareció en la cara una sonrisa de oreja a oreja. Se puso muy contenta. Desayunó una tostada de tomate y una zumo de naranja corriendo, se vistió muy rápido y salieron a comprar.
Estaban en el pueblo, llamado Alfunbrar, y allí no había tiendas. Tenían que ir a la parte del pueblo donde se concentraban mas las tiendas pero desde Alfunbrar hasta el pueblo donde estaban las tiendas, había de camino una hora.

Mientras iban en el coche, Lucía siempre le preguntaba a su padre:
  • Papá, ¿te gusta el color azul para la estrella? ¿Y el rojo? A mi me gusta mas el azul, ¿crees que el amarillo queda mejor?

Su padre estaba ansioso de llegar a las tiendas para que Lucía le dejase de preguntar. Cuando llegaron al pueblo, estaba todo vacío,podría haber uno o dos coches pero nada más. Su padre estaba un poco extrañado por que siempre suele estar lleno de aparcamientos y de coches. Aparcaron el coche en el primero sitio que se encontraron. Fuero a una tienda que había enfrente de adornos de navidad pero ponía: “CERRDAD”.

¡Todas las tiendas estaban cerradas! Como era navidad, no había ninguna tienda abierta. Cundo Javier, se lo dijo a Lucía, se puso muy triste, pero no tanto, porque Lucía, pensaba que algún vecino podría tener la estrella.
Fueron de vuelta a su casa y empezaron a tocar a todos sus vecinos si tenían una estrella de navidad y todos dijeron: “Si tenemos, pero la tenemos colocada en el árbol, no te la podemos dar, lo siento.

Cuando llegaron a la casa cansados de todo lo que han pasado, Javier y Laura, los padres, le tuvieron que decir a sus hijos que tenían que esperar a que los “Reyes Magos” le trajesen la estrella, porque como son magos... Lucía lo comprendía, solo estaba un poco triste, pero a la vez un poco contenta porque sabía que los “Reyes Magos” como tenían magia, podían traerle la estrella de navidad.

Sus padres, no sabían lo que hacer, porque los vecinos no quieren darle la estrella porque ya la tienen colocada, y todas las tiendas están cerradas hasta 8 de enero, cuando empieza el colegio. Laura, la madre, se acordó de que su madre, la abuela de Lucía, tenía muchas estrellas, y como no ponían el árbol, no les servía.
Su madre y su padre, quisieron dárselo en Reyes para que no dejen de creer.

Cuando fueron Javier y Laura a por la estrella, tuvieron que dejar a Lucía en casa de sus tíos para que no sospechara y para que no vea la estrella. Al recogerla, ya con la estrella, estuvo preguntando a sus padres para que habían ido a casa de la abuela pero pusieron escusas.
Pasaron los día hasta que el 6 de enero, toda la familia se levantó muy temprano por los regalos y de repente... ¡Javier y Laura sacaron la estrella para dársela a Lucía! La pequeña, estaba tan contenta que no se lo podía creer, y dijo:
  • ¿Habéis visto como los Reyes Magos han traído la estrella? Son magos y nunca perderán sus poderes.

Finalmente, Lucía colocó la estrella en el árbol y se puso muy feliz, demostró que si quieres conseguir algo, tienes que luchar.

FIN

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