miércoles, 9 de enero de 2013

PEQUEÑAS FIERAS


PEQUEÑAS FIERAS.

Hace muchos años, en las Amazonas, nació una niña llamada Leo. Fué cuidada por su madre Lidia. Con tan sólo un año, Leo perdió a su madre cuando entraron unos hombres en su casa diciendo Dame todo tu dinero o morirás. Pero su madre no tenía dinero ya que vivían en el bosque y no tenía que comprar nada, insistió en que lo único que les podía dar eran algunos trastos viejos de poco valor, pero no le creyeron y la mataron.

Leo estaba hambrienta así que decidió comerse a su propia madre, era un gran problema ya que sólo comía humanos, con cinco años ya había aprendido a cazar. Cuando veía que venía algún turista o ciudadano para explorar o cazar animales, se ponía a llorar, así éstos se acercarían y ella les devoraría sin piedad ninguna.

Un día conoció a Katie y Martha, dos gemelas siamesas de su misma edad (5 años) y se hicieron mejores amigas. Las tres tenían el mismo problema: devoraban a gente inocente y por eso las encerraron. Estuvieron encerradas durante meses comiendo pollo crudo hasta que pudieron escapar comiéndose de paso a los guardias.

Las tres amigas eran casi invisibles, pues nadie les podía encontrar. Buscaron por todos y cada uno de los rincones de Amazonas pero no las encontraban. Mientras tanto, Leo y sus amigas se habían colado en un barco con rumbo a Francia para alejarse del Amazonas donde se encontraban los ciudadanos dispuestos a capturarlas y quemarlas en una hoguera.

Durante el viaje reconocieron a algún ciudadano que había escapado para alejarse de las tres pequeñas. Tuvieron que comer a escondidas ya que al estar en un barco lleno de gente, si les descubrían les raptarían de nuevo y no querían pasar el resto de su vida encerradas en jaulas como animales.

Por fin llegaron a Francia donde tuvieron que vivir en las calles pidiendo dinero. Una familia rica las vio y las acogió, éstas, una vez en la casa se comieron a todos y se quedaron a vivir allí, era una casa bien grande y cómoda. Un día vieron que colgaban carteles con sus fotos diciendo que quien las encontrase las devolviera a Amazonas y les pagarían mucho dinero por ellas.

La gente las reconocieron de verlas en las calles y fueron de casa en casa buscándolas. Cuando llegaron a la suya, al ver que nadie contestaba derrumbaron la puerta y se las encontraron allí. Se defendieron con fuego y armas, pero las tres mozas devoraban a más y más gente.

Finalmente las cogieron y las llevaron de vuelta a Amazonas donde hicieron un ritual y fueron quemadas en una hoguera con tan sólo cinco años. Estaban muertas, pero mucha gente decía haberlas visto jugueteando felizmente en el bosque y eso trajo mucha intriga y miedo entre los ciudadanos.

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